Como larvas en el agua, consumiéndose en su crecimiento. El vacio de ese tanque, retrasa la fotosintesis.
Cuadrados, cerrados, en una mente inanimada, en un objeto sin sentimiento, ni vida, al menos para nosotros.
Ráfagas de viento que hacen olas en el agua de maderas oxidadas. Hongos penetrando las grietas de los recuerdos.
Manos trabajadas, por una vida golpeada de sabiduría, mentes chorreadas de mares del mundo, o sólo un pequeño tanque de amor en lo profundo.
Mucha tranquilidad en una dispersión absurda, creada por el hombre maduro. Esa madurez que arruina lo divino del cuerpo, su esencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario