La reina Unicornio
Mil lunas lo esperé..
Creía que pasaría a la inmortalidad,
pero su cuerpo pesado, y sus ojos sudados por la infelicidad,
me contagiaron su nostalgia.
Yo sabía que él no tendría que nombrar su perdón,
y tampoco creía que lo podía hacer,
pero por fín sin ritos, sus rodillas tocaron el suelo,
y sus labios rosaron mi mano.
No me brotaba enojo. Los años me llevaron a madurar y creerme mejor.
Mi mente estaba dispersa en otro universo,
ese universo, en donde cada semana lo veía en el pórtico, con una rosa en su mano, acariciándome mi cabellera sedosa,y besándome mis mejillas sonrojadas..
Pero realmente todo fue diferente, como un cobarde con escusas invadió mi mente.
Pero ya era tarde, yo estaba perdida en su vientre, perdida en un mar de constelaciones crecientes..
Tocando sus manos con los dientes, besando sus pies con los ojos dementes.
Creyéndome otra vez sus cuentos, que siempre quedarán latentes..
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