Bebamos de nuestros cuerpos, quitemos la sed de sabiduría.

martes, 19 de octubre de 2010

Nadie creería que la niña más tierna de la clase podría haber hecho algo..
Era una pequeña e indefensa criatura de 8 años de edad.
Cuando hablaba era escuchar a los ángeles, una dulce vos.
Pero si, la sangre en su vestido y en sus pequeñas manos la delataba,
sus falsas mentiras hacían ver a través de sus ojos como lo había hecho.
El cuchillo apareció en la bañera, al lado de su madre, quien ya no habría los ojos.
Su respiración había terminado hace ya 15 minutos,
  y su cuerpo empezaba a verse morado y tieso.
 La niña gritaba todo el tiempo, no dejaba respirar.
Empezó a balancearse de un lado a otro, parecía una vieja loca.
No aguantó su culpa, y en ese mismo instante, fue a su habitación,
agarró el pelo de sus muñecos que era grueso como una soga de saltar,
 los unió para formar una sola y la ato en el ventilador..

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